1.8 Percepción de pobreza y bienestar subjetivo
Según la ECV, la percepción de pobreza por parte de los jefes de hogar o cónyuges volvió a crecer en 2022 hasta llegar al 50,6%, nivel que se sitúa 12,7 puntos por encima del registro previo a la pandemia. Por áreas, la percepción sigue siendo significativamente más alta en la zona rural, pero el mayor deterioro relativo en el último año se presentó en las cabeceras municipales.
Por departamentos se observan diferencias considerables en el indicador, en la medida en que la proporción de jefes de hogar o cónyuges que se consideran pobres superó el 80% en cuatro departamentos (Vichada, Córdoba, Chocó y La Guajira), en tanto que el porcentaje fluctuó entre cerca de 30% y 40% en los departamentos del Eje Cafetero, Bogotá, Cundinamarca y San Andrés.
El análisis del indicador según el sexo del jefe del hogar muestra una percepción de pobreza significativamente más alta en los hogares que tienen jefatura femenina, tanto en el consolidado del país como en las zonas urbana y rural.
De otro lado, los indicadores de bienestar subjetivo construidos a partir de la ECV evidencian altos niveles de satisfacción de las personas de 15 años y más con su vida (calificación media de 7,9 en una escala de 0 a 10), seguida por su salud (7,7), tiempo libre (7,3), seguridad (7,2), trabajo o actividad desempeñados (7,0) y, por último, su ingreso (6,5), entre quienes lo perciben. Sin embargo, a excepción de la seguridad y del tiempo libre (aspecto incorporado en 2020), la satisfacción con esas dimensiones se ha reducido en comparación con el año previo a la pandemia.
Por áreas se observan mayores niveles de satisfacción en la zona urbana en casi todos los aspectos, a excepción de la seguridad.
A propósito de la percepción de seguridad, la comparación por departamentos permite identificar diferencias en los niveles de satisfacción con esta dimensión. Como ocurre con varios de los indicadores examinados, las calificaciones más altas se obtienen en los departamentos del Eje Cafetero, a los que se suman Antioquia y San Andrés. Sin embargo, debe señalarse el resultado de Bogotá, que generalmente está entre los más favorables, pero que en este caso registró, junto con Nariño y Chocó, las calificaciones menos positivas de satisfacción con la seguridad.
La comparación por sexo se realizó para la satisfacción que tienen las personas con dos dimensiones claves de su actividad económica: el trabajo o actividad desempeñados y el ingreso percibido por quienes reciben ingresos. Al respecto se encontró que las mujeres se sienten menos satisfechas que los hombres con estos dos aspectos y que las mayores diferencias se presentan en la evaluación del ingreso percibido en la zona rural.